sábado, 12 de junio de 2010

Errare humanum est


Cometer errores es natural, irse sin haberlos comprendido hace que se vuelva vano el sentido de una existencia.

Las cosas que nos ocurren núnca son finalidades en si mismas, gratuitas; cada encuentro, cada pequeño suceso encierra un significado, la comprensión de nosotros mismos nace de la disponibilidad para recibirlos, la capacidad de cambiar de dirección, en cualquier momento, de dejar la vieja piel como hacen las lagartijas al cambio de estación.

Susana Tamáro ( Donde el corazón te lleve)




"Errare humanum est" . Podria decirse que la equivocación es inherente al ser humano, y muy probablemente, lo que nos ha permitido llegar hasta donde estamos.

El problema no es sabernos falibles, sino cometer errores sin sacar ninguna conclusión, sin aprender absolutamente nada; lo que nos aboca al desastre.

Hay quienes se creen poseedores de la verdad y piensan que son los otros los que se equivocan; lo que con frecuencia les lleva a cometer siempre los mismos errores, mientras se parapetan tras un muro de soberbia y se distancian ante la incomprensión de los demás.
Como decia Santiago Ramón y Cajal "Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia."

Otros se asustan tanto ante los primeros errores que se paralizan, hasta el punto de no hacer nada por el riesgo de cometer nuevas equivocaciones. Sin asumir, sin reconocer ni la propia realidad ni sus capacidades para afrontarla.
"Algunos se equivocan por temor a equivocarse", Ephraim Lessing

Dicen que los peores errores son los que no cometemos; porque gracias a ellos aprendemos a conocernos a nosotros mismos, a los demás y a comprender la vida.
El error forma parte del aprendizaje y conocimiento de la vida. El nos ayuda a crecer, a madurar y a avanzar, como seres humanos y como sociedad.
Nos habla de nuestra capacidad de elegir, de nuestra libertad de elección, de nuestro derecho a equivocarnos.

Pero sería un error olvidar las obligaciones para con él: la de rectificar y pedir disculpas, porque "Errar es de sabios"
Y deshacerse de la vieja piel, como las largartijas, y cambiar de actitud es, probablemente, lo más sensato.


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jueves, 3 de junio de 2010

Todos necesitamos cariño


La fuente del amor está en lo profundo de nosotros y podemos ayudar a otros a sentirse felices. Una palabra, una acción o un pensamiento pueden reducir el sufrimiento de otra persona y traerle alegría. Una palabra puede aportar comodidad y confianza, destruir la duda, ayudar a alguien a evitar un error, reconciliar un conflicto o abrir la puerta a la liberación. Una acción puede salvar la vida de la persona o ayudarle a aprovechar una oportunidad única.

Thich Naht Hanh


Estamos muy faltos de amor y de cariño.

Seres solitarios, cada cual vagando en sus pensamientos, nadando en sus nostalgias, vagabundeando en las tristezas. Gentes ávidas de abrazos, de afectos compartidos, de palabras generosas.

Gentes educadas para ser fuertes, independientes emocionalmente; controladas en sus emociones. Para llorar en silencio y en soledad.

Pero tan solo hace falta dar un poco de amabilidad, regalar una sonrisa u ofrecer una pizca de afecto y atención, para que la gente abra sus corazones de par en par.

Y es que como dijo el
Dalai Lama

Al principio de nuestra vida, y una vez más cuando envejecemos, nos hacen falta la ayuda y el cariño de los demás. Desgraciadamente, entre estos dos periodos de nuestra vida, durante el tiempo en el que somos fuertes y capaces de cuidar de nosotros mismos, descuidamos el valioso cultivo del cariño y de la compasión. Puesto que nuestra propia vida comienza y termina con necesidad de afecto, ¿no sería mejor que practicásemos la compasión y el amor hacia los demás mientras somos fuertes y capaces?


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