martes, 23 de febrero de 2010

Distancias


He descubierto que existe una losa entre tu y yo.
No recuerdo cuándo empezó a levantarse
o tal vez sí ; creo que prefiero ignorarlo.
No se ve, solo cuando acerco mi mano la siento:
fría, dura, impenetrable.

A veces, solo a veces,
dejo mi mano posada sobre ella
con la esperanza de hallarte al otro lado,
anhelando que mi calor la haga más débil.
Me consta que tu también lo intentas;
en alguna ocasión he notado cierta tibieza.

Llegará el día de la certera lejanía
y quedará como mudo testigo de nuestra distancia,
como doloroso recuerdo de afectos perdidos,
como reproche a nuestra incapacidad.


Entonces, es posible que derramemos sobre ella nuestra impotencia,
que volvamos en busca del tibio aliento al otro lado,
aun sabiendo que solo hallaremos el frío vacío.

Entonces será tarde y hoy sigue levantada entre nosotros
fría, dura, impenetrable y, sobre todo, dolorosa.


Carmen.

.

14 comentarios:

emilio dijo...

Ufff que triste... espero que sea solo ficción, en todo caso un gran relato de separación o más bien de vivir en la costumbre sin luchar por nada más.
Mejor cerrar esa puerta y abrir otra en que la estancia sea mejor.

Un abrazo.

Carmen dijo...

Qué bueno encontrarte de nuevo, Emilio.

Ojalá fuera ficción, al menos no doleria.

¿Sabes? Es una de esas puertas que no pueden cerrarse nunca. Tan solo intentar ignorarla de cuando en cuando y vivir con ese peso.

Un abrazo.

Tita dijo...

Yo también me he quedado triste y preocupada por ti. Sabes que puedes compartir ese peso y dolor conmigo ¿verdad?

Un abrazo apretao

Azul. dijo...

Yo también esperaba que fuera ficción. Es muy triste. Hay distancias irremediables. Por más que una lo intente, mover la losa, si quien hay al otro lado no deja que se mueva, es imposible.
Y el tiempo, deja un rastro de tristeza e impotencia.

Un abrazo Carmen.

No me olvido de ti, estamos muy liados y cansados ultimamente.

Sarah dijo...

Que triste, doloroso y descriptivo, Carmen, y que cierto.
Que frío se siente y que extraño se hace todo.
Todo tiene su final y último capítulo cuando tiene que acabar.
Y después empieza otro libro nuevo.

Un abrazo.

anjali dijo...

Creo ..., que ... a lo largo de nuestras vidas ..., se han ido levantando losas que nos separaron de gente que en su momento fue muy importante, y luego se perdió en la distancia.

Una preciosa entrada que nos invita a reflexionar. ¿Porque se enfrian los sentimientos? Cambiamos? Nuestros caminos se separan sin darnos cuenta? Se pierde la complicidad y la confianza?

Ayer fuimos tan amigos y hoy ...! Te comprendo perfectamente!!!

Cura sana pan de rana, un besito en la pupita, para que esté curada mañana.

Pluvisca dijo...

Carmen, yo sólo quiero decirte que me alegro que hayas compartido esto

Has escrito con el corazón, y me gusta leerte asi

Un abrazo cáldio

Carmen dijo...

Tita, no te preocupes, cielo. Hace años que convivo con ese peso, solo que hoy lo he verbalizado y me he atrevido a darle al "publicar".
Soy fuerte.
Y sí, sé donde están mis amig@s

Un abrazo apretao.

Azul,

Lo has expresado muy bien:" Y el tiempo, deja un rastro de tristeza e impotencia".
Pero hemos de aceptar a los demás tal y como son; y aceptarnos a nosotros mismos; también con nuestras limitaciones.

Tampóco yo os olvido.

Un fuerte abrazo.

Sarah,

Cuando este capítulo concluya no habrá paso atrás. Y justo eso es lo que me causa dolor.
La losa... tristeza.

Un abrazo.

Anjali,

Hay personas que creen que expresar los sentimientos es signo de debilidad, y se controlan y retraen para no dejar entreveer ningún rasgo de ternura.
Hay quien se dá cuenta de error y trata de enmendarlo.
Pero hay otras que aún dandose cuenta del error, jamás lo enmendarán.

Y hay quienes no han aprendido. No saben cómo romper la losa.

Uffff parece un galimatias.

¡Qué ternura lo del cura sana. Me gusta, me gusta...! :D

Un abrazo.

Pluvisca,

Tu tienes la culpa jajaja.
Pude borrarlo y lo publiqué. ¿Sabes cuánto me cuesta? Ainssss

Besos mil.

Paco Mira dijo...

Jo que verdad...UFF prefiero no opinar porque vi un pasado mío ahi entre las palabras.

Un abrazo.

Flautista de Neón dijo...

Palabras que reflejan la dura realidad de muchas camas de matrimonio, en donde esos secretos quedan entre las paredes del dormitorio.

Eso es sinceridad, eso es dolor, eso es la frialdad que produce dolor.

¡¡ Cuanto te entiendo, cuánto de comprendo !!

Un post lleno de sentimiento, Carmen, de auténtico sentimento.

Un abrazo cálido.

Carmen dijo...

Merl,

Hay que aprender a vivir con el pasado ¿verdad?

Un abrazo.

Carmen dijo...

Flautista,

Sí este podría haber sido el relato de una desavenencia matrimonial. Por fortuna, este no es el caso, tengo un magnífico compañero de viaje y deseo seguir con él hasta que ya no quede nada más por andar.

Hablo de una relación entre madre e hija. Entre mi madre y yo.
La quiero mucho, me consta que me quiere mucho, pero la pesada losa está ahí y, con sinceridad (y con dolor), no creo que desaparezca. Hay relaciones muy complicadas.

Un abrazo.

Contrapunto dijo...

¡ como me duele leer este relato!

Yo he descubierto que existe esa losa que cada vez se hace profunda,
y que por mucho que me esfuerce soy capaz de levantar.

Tal vez un día. pero será demasiado tarde.

Un abrazo

Carmen dijo...

Contrapunto,

Parece que, por naturaleza, una madre y una hija han de entenderse en algún momento de la vida y que nunca ha de faltar el afecto.
Pero sucede que a veces las relaciones chocan cuando los caracteres son opuestos; cuando la balanza se desequilibra y hay pocos puntos en común.

Sí... tal vez un día.

Un fuerte abrazo.